domingo, 15 de junio de 2008

¡No a las termoeléctricas!


12 junio 2008

Las termoeléctricas como ejemplo de las formas que no se deben promover en el país para generar energía por su contribución al cambio climático fue el tema de la tercera parada de la Gira de las Energías que Greenpeace lleva a cabo en el país.

Esta gira busca señalar que una verdadera “reforma energética” debe reducir la dependencia de México a los combustibles fósiles como el petróleo e incrementar el uso de energía limpia y renovable, descartando la nuclear y las grandes hidroeléctricas y termoeléctricas.

Activistas de Greenpeace desplegaron una manta gigante con la leyenda “El CO2 mata” en la central termoeléctrica de la CFE ubicada en Salamanca, ampliamente conocida por sus altas emisiones de tóxicos y de gases de efecto invernadero, que han convertido a ese poblado en uno de los más contaminados del país.

El objetivo de la Gira de las Energías es exponer las fuentes de energía que general contaminación y emisiones de CO2 y las alternativas que permiten disminuir la emisión de este gas, principal causante del cambio climático. Antes de Salamanca, Greenpeace señaló a la central nuclear Laguna Verde como ejemplo de falsa solución al cambio climático, que no se debe promover, y a la energía geotérmica -Los Humeros, Puebla- como ejemplo de una energía limpia cuyo uso debe incrementarse en la actual matriz energética del país.

Para presentar las imágenes sobre la central termoeléctrica de Salamanca (CTS), difundir los impactos de este tipo de energía y abordar el tema del cambio climático; Greenpeace organizó en León, Guanajuato, el foro “Cambio climático: retos y soluciones”, en el que se discutió la situación ambiental del estado, y en particular de Salamanca, como tema prioritario.

Salamanca es una de las ciudades más contaminadas del país, pues a la contaminación generada por la termoeléctrica, se suman las emisiones de azufre de la refinería Antonio M. Amor y de las empresas que elaboran plaguicidas. Informes recientes señalan que la refinería es responsable de cerca del 55 por ciento de las emisiones de dióxido de azufre, mientras que la termoeléctrica -la cuarta más importante del país-, es responsable del 45 por ciento restante.

“No solamente hablamos de emisiones de dióxido de azufre, sino también de otros compuestos contaminantes y de efecto invernadero como monóxido de carbono (CO), dióxido de carbono (CO2) y óxidos de nitrógeno (N2O)”, dijo Jorge Escandón, coordinador de la campaña de clima y energía de Greenpeace.

— Greenpeace

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